domingo, 11 de noviembre de 2007

¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE CAPITALISMO DE FICCIÓN?

¿Ves esa delgada línea oscura que está dibujada en uno de los extremos del mapa de Buenos Aires? Esa aparentemente insignificante zona, ni mas ni menos, es lo que se conoce como Puerto Madero, una especie de enclave posmoderno que se levanta en el este de la ciudad con los aledaños barrios de San Telmo y Barracas como testigos mas próximos. Son poco más de 2 kilómetros cuadrados y su población estable no es del todo significativa. Sin embargo es punto de paso casi obligado para los que llegan por la Autopista Buenos Aires- La Plata desde todo el sur del conurbano bonaerense.


Puerto Madero en datos
Población: 7.000 (estimada 2007 con base en el censo del 2001).
Superficie: 2,1 km2
Densidad: 3.333 habitantes / km2
Límites geográficos: Elvira Rawson de DellepianeAv. Ing. HuergoAv. Eduardo MaderoCecilia GriersonCostanera Sur




¿A esta altura creerás que tenemos una obsesión o una especie de brote psicótico, digno de ser analizado por un freudiano, que nos ata a Puerto Madero? Tal vez. Pero es que lo consideramos un símbolo, un ejemplo entre tantos otros de la realidad global actual. Lo cierto es que la posmodernidad ha abatido las fronteras y ha creado un espacio general, cada vez mas homogéneo. La posmodernidad y el capitalismo moderno tienden a la combinación, superposición, collage. El espacio se concibe esencialmente como recreativo. Ciudades enteras se muestran y autoexaltan como parques temáticos y ferias. La ciudad tradicional se tematiza para recibir a los turistas. Las demarcaciones de ocio copan barrios enteros. Se levantan hoteles, cines, locales de copas, todo en un pack. Alcanza con pararse en algunos puntos de la ciudad para ver el ir y venir de micros turísticos que recorren el circuito turístico centro- casco histórico- recoleta- puerto madero- caminito (y cuando no alguna afamada villa de la gran ciudad). Las cárceles y los mataderos son convertidos en museos y paradores y las catedrales iluminadas. Se piensa a la ciudad como un espacio teatral y a sus visitantes como actores. El capitalismo de ficción tiene ciudades ya no con materia prima para producción ni centros de consumo sino centros recreativos y aventureros para la diversión. No pasa un solo año sin que se ofrescan multitudinarios espectáculos gratuitos, promovidos por empresas privadas, con figuras del mundo del entretenimiento. ¿Acaso no es significativo que una zona portuaria se recicle para ser esencialmente enclave de actividades terciarias?. Las ciudades son vistosas y estimulantes: las viejas grúas de metal de puerto madero se embanderan y se llenan de luces fluorescentes, el obelisco se enchastra con imágenes de paisajes o se la decora con la bandera de Alemania como parte de un extraño homenaje que nadie sabe bien de que se trata, promovido por una influyente empresa multinacional. En Puerto Madero se levanta hace algunos años, en cada fín de año, un árbol de navidad al que se lo conoce como el más alto de Argentina. Es que el show atrae y es negocio. Los barrios salvados del cambio urbano adquieren el papel de extras y ya no importa que la ciudad sea enteramente funcional.
En el pasado el lugar estratégico de la ciudad era la puerta por encima de todo. Mas tarde, el punto clave fue el puerto y con el auge industrial el ferrocarril. En el futuro inmediato los aeropuertos y los grandes cruces que permitirán las conexiones entre los aviones, los trenes de alta velocidad y los complejos de autopistas serán el eje articulador. El anillo vial en torno a puerto madero cerraría perfectamete con la construcción de la proyectada autopista rivereña que sumaría conectividad a la zona ya de por sí cercana a Retiro, a las rutas hacia el norte y el sur y a las avenidas que cruzan por el corazón de la city. ¿Alguien realizaría inversiones o mega emprendimientos en zonas aisladas del resto del mundo? Hoy sin lo antes mencionado estaríamos sin los insumos básicos perdidos en medio de los lodazales de tierra empantanada que se pueden encontrar a 10 minutos del casino flotante. En Argentina ya se ve esta tendencia aunque, como siempre, los proyectos en esta dirección son parte de la Argentina inconclusa. La idea de una autopista rivereña que conecte la actual autopista Buenos Aires- La Plata con el acceso norte se ha revitalizado últimamente y la idea de una aeroisla sigue en la cabeza de muchos como ubicación ideal para el aeroparque. El reciente accidente en el Aeropuerto de Congonhas en San Pablo hizo que muchos pensaran en la necesidad de sacarlo del centro de la ciudad… pero los empresarios brasileños y las grandes corporaciones hicieron operar sus lobbies para desbaratar cualquier intento. ¿Cómo iban a perder dos horas en trasladarse desde las afueras de la ciudad hasta sus oficinas? ¿Cómo iban a tener que atravesar los atascos de tránsito cada vez que debían viajar? Estas urbes apaisadas y sin confines crecen sin mas planificación que la de la velocidad de la especulación y el negocio. De hecho, los urbanistas hablan de posciudad para referirse a esas megalópolis.

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