lunes, 12 de noviembre de 2007

CUANDO EL REMEDIO ESTÁ PARASITADO POR LA ENFERMEDAD PARTE II

En medio del lujo y la distinción se instaló hace dos años el comedor comunitario de Raul Castells. Esto provocó mucha polémica por parte de los vecinos de la zona y gente que frecuenta los restaurants y negocios del lugar ya que se lo acusaba de no estar al tono con la imagen pintoresca de Puerto Madero. Había otra realidad que se estaba asomando y eso molestaba. No era propio que el matrimonio Castells instalara su puesto para hacer tortas fritas y atrayera con eso un súbdito de gente que nada tenía que ver con el lugar. Sobre todo porque Puerto Madero siempre estuvo caracterizado por ser una zona por la que pasan centenares de turistas todos los días que podían resultar afectados por tamaña invasión. Además no era lógico que en una zona "bien" uno tuviera la obligación de ver a toda esa gente de bajos recursos. Hasta era común escuchar en los tiempos de la apertura del puesto, cuando resultaba muy novedoso y los móviles de los noticieros iban a hacer notas al lugar, a algunas personas decir: "Un puesto como este se debería instalar en otro tipo de lugar, no acá". ¿Qué era acaso lo que se intentaba proponer?, ¿instalarlo en provincia? ¿En provincia sí se justificaba porque estaba mas al tono? ¿Acaso Puerto Madero no forma parte de la Argentina?. Pero claro, de lo que no forma parte Puerto madero es de la pobreza, de la marginalidad, de lo "feo". Eso, ahí, no existe. Por eso es que nosotros hablamos de realidades formateadas. Realidades controladas, realidades chic, y a Puerto Madero lo pensamos como un emblema de este tipo de realidades.

Paradójicamente las tortas fritas resultaron un gran atractivo para los turistas que de cuando en cuando se animaban a probar alguna. El comedor tampoco dejó de ser en algun momento un objeto digno para ser fotografiado por extranjeros que pasaban por el lugar. Ni siquiera el propio matrimonio piquetero escapó del intento de "Show", de "espectacularización", de ese capitalismo de Ficción típico de Puerto Madero. Si no no se explicaría la puesta en venta de souvenirs, que decían "Yo estuve en el puesto de Castells", o la participación de Nina Pelozo en uno de los programas con mayor rating de la televisión argentina, "Bailando por un sueño 4" promoviendo su movimiento y el comedor.


Seguramente por la repercusión que tuvo en los medios, en el marco de una época de la televisión en la que predominan los reality shows, todos recordamos a Huberto Roviralta en la navidad del año 2006 llendo a cocinar tortas fritas al comedor. Esto había sido resultado de una carta, que Marcelo Tinelli había leído en "Cantando por un Sueño", de parte de Roviralta al periodista de espectáculos Jorge Rial en la que le proponía a este batirse a duelo, a lo que Rial no accedió por lo que lo "desafió" a trabajar, algo que supuestamente Roviralta no había hecho nunca en su vida y que de seguro iba a resultarle más sacrificado que batirse a duelo. En este juego mediático estaba involucrada nada menos que Nazarena Vélez, que en ese tiempo vivía un romance con Roviralta, y que hasta planteó la idea de acompañarlo al comedor. Está de mas decir que esto no fue casual. Después de todo en eso se basa el capitalismo de ficción, que como dice Vincent Verdu trata con la realidad para desprenderla de la peste de lo real, del olor de la edad.

No hay comentarios: